
El proyecto de FLIT se dividió en dos equipos, y cada uno de
estos se fue a una de las comunidades con el fin de comenzar el proyecto al
mismo tiempo. En ambos lugares, una persona era la encargada de explicarles la
rutina a los niños y adultos que querían participar; con el fin de que se
rompiera el hielo entre las personas y toda la vergüenza quedará atrás.
En la rutina de FLIT se aplicaban actividades de gimnasia
como de la actividad física. Primero se comenzó con ensayos de la rutina
sencilla, para que los participantes se fueran acostumbrando a lo que iban a
hacer. Y al ver que los participantes seguían activos, se agregaban elementos
más complicados para mantener a las personas interesadas.

FLIT tuvo un gran éxito en éstas comunidades, al mostrar que
la actividad física puede ser una herramienta para el convivio y para hacer
rutinas fáciles que mueven el cuerpo.
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