De acuerdo a la organización mundial de la salud, la
actividad física es "cualquier movimiento corporal producido por los
músculos esqueléticos que exija un gasto de energía."
Existen diferentes tipos de actividad física con las cuales
puedes fortalecer tus músculos y huesos. La actividad aeróbica consiste en
correr, caminar, nadar, andar en bicicleta y bailar. Esta actividad hace que
los brazos y piernas estén en movimiento, al igual que crean una condición
física más estable en el corazón y los pulmones.
Los otros tipos de actividad son los que te ayudan a fortalecer
los músculos y huesos e incrementan la elasticidad. Unos ejemplos son: hacer lagartijas,
abdominales, levantar pesas, saltar la cuerda, subir y bajar escaleras, caminar
y hacer ejercicios de yoga.
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